lunes, 1 de febrero de 2010

LACHO

24 de Diciembre, 0:00 hrs, partimos con Gonzalo a recorrer las calles del centro, nos fuimos directo a la plaza de Armas, caminamos por Huérfanos y en la esquina con Estado, vimos a un indigente durmiendo, nos acercamos y Gonza le ofrece un sándwich y un café, el tipo no entiende, nos mira extrañado, luego en Ahumada nos encontramos con una señora gorda, vendiendo tarjetitas para regalo, con dos niñas chicas, también les dimos café a ella y bebidas a las niñas chicas y unos panes, todas comían felices. Las calles estaban vacías, pero había gente, es algo extraño. La noche estaba fresca, tenía las manos frías y Gonza también. Fuimos hasta la Alameda, en el camino se nos van agotando las provisiones, miro a Gonza, está sonriente, yo con nervios, que raro esto de salir a repartir comida y en noche buena, por lo general no hago mucho en estas ocasiones, ceno con mis papás y luego me acuesto, pero de Lacho, ahora estoy aquí, junto a él. Debiera ser una noche más calida, pero no. Hace frío, tiene la nariz roja Gonzalo y yo las manos heladas, me gusta eso de que nuestras manos se rocen.