domingo, 6 de febrero de 2011

UN PASEO POR EL PARQUE

El día estaba precioso, una primavera rica, nos fuimos al parque forestal, cerca de Patronato, ahí sentados en el pasto nos mirábamos. Hacía sueño, teníamos los ojos somnolientos, pero igual reíamos. De pronto Paulo se puso de pie y me dijo, a que te doy un beso, me reí y le dije que no se atrevería, siguió envalentonado y amenazaba con un beso jugoso, me dio ataque de risa, le dije si me das un beso tiene que ser con lengua, se sonrojó, te muerdo esos labios también, ya po’, le dije, nos cagamos de la risa, quedamos acostados boca arriba mirando las ramas de los árboles. Ya más tranquilos me empezó a dar sueño, Paulo se acercó a mi lado y me dice al oído, tengo tuto, duerme le digo, se endereza y apoya su cabeza en mi pecho, mientras sigo mirando las hojas de los árboles, ¿Qué harías si te besara?, me preguntó, me quedé pensando mientras caía una hoja verde transparente, ¿No te gustaría?, me volvió a preguntar, mientras la hoja seguía meciéndose con el viento, no sé por qué, pero le acaricié su pelo y su oreja, se empezó a reír y me mordió, ¡Oye gueón, ya no hagai’eso!, se cagó de la risa y me abrazó. Si me besaras, te besaría y me gustaría mucho, ¡¿En serio?!, en serio le respondí y por fin nos besamos, jugoso, con lengua, nos mordimos los labios, un beso rico, en el parque, en un día lindo. Nos pusimos de pie y caminamos hacia el museo, ¿Te puedo tomar la mano?, me preguntó, me dio risa, parece un cabro chico, le tomé de la mano, el sol está calentito, te quiero me dijo, yo también, le contesté.