miércoles, 4 de febrero de 2009

TONY MANERO comentario de cine de 10/09/2008

Lo primero que debo decir es que siendo una película hecha en Chile, que se instala en un período importante de Chile, no parece chilena. El ritmo es distinto, la cámara que si bien es cierto no hace gala de nada novedoso (bueno que hay de nuevo en el cine?), si lo es para nuestras cintas. Pero lo que más me llamó la atención fue que a pesar de estar ambientada en una época decidora de nuestra estructura social-pensante, no se afirma en ese tema (gracias a Dios), es la historia de la vida sin vida, de la amargura y frustración, de que nada vale o importa, de que lo "otro" es mejor que "esto" (me suena familiar).
La historia contada es de un hombre frustrado, amargado sin mayores deseos o anhelos, (ya no los hay), rodeado de personajes que van chatos por una ciudad gris.
La ambientación, los sonidos son una parte potente de la cinta, quizá debiera separarse la recepción del público entre los que participaron de ese tiempo y los que nacieron con un celular. En cualquiera de las dos es interesante (es cultura popular, es Chilito), la máquina de cortar carne del carnicero o escuchar la presentación del radioteatro entretenido de "Radiotanda", con La Desideria o el comienzo del noticiero "60 Minutos", para los que tenemos recuerdos de esto es una mezcla de risa y uf!!!! tanto tiempo a pasado? de hecho el televisor que tiene protagonismo en parte de la película, fue el primer tele a color (como se solía decir) que tuvimos en mi casa y aun funciona, de hecho está en mi pieza... Para los nuevos esta información a de provocar risitas, pero oigan asi de fome y triste era todo!
Las actuaciones son distintas, todos son distintos, por primera vez vi a Noguera distinta, no era ella, no era la misma, hasta Alonso en su papel relativamente breve era otro, Morales da un personaje raro, ni muy allá ni muy acá, real! Ahora Alfredo Castro (debo admitir mi admiración), él es un actor de teatro (como todos los que aparecen en la película), exagerado, que en televisión hace que todo sea grande..., aquí como el tony manero shileno, donde casi no habla, es su piel, los ojos brillosos los que nos comunican. Cuando le caga la ropa a quien puede ser su rival, sencillamente es otro. No era ninguno de los personajes que e tenido la suerte de ver en cine, tv o teatro.
En una parte que a mi me retuvo, es cuando el tony, dando muestras nuevamente que nada importa, que no hay vida, que las otras vidas cercanas no son válidas, solo lo que su mente le indica como lo que le gustaría ser y que ya no fue, arranca por los techos mientras a su familia putativa la lástiman entes de turno, que sin ser una escena exagerada, los sonidos y gritos cumplían lo suficiente como para preguntarse ¿Qué le pasa a este gûeón?, ¡Oye no eres Tony Manero!!!!
Cuando la película se acercaba al final, yo seguía creando en lo que seguiría en la historia, pero se va a negro.
Deja un sabor general de desconcierto, de que falta..., que era mejor finalizar 5 minutos antes, pero luego al salir y meditar, quizá esa suerte de final abiertísimo es mejor que el que yo,(y creo que en general se siente como mejor para la cinta), la hace aun más desconcertante, como su cámara en mano o sus desencuadres o su banda sónora (wena la música!!!)
En fin, fue una tarde de martes distinta como todo lo que vi y viví en la película, se agradece un buen trabajo, se agradece una buena historia, un buen guión, simple, sin rebuscar, solo aflorar la humanidad universal, insisto esta película podría ser Hungara o Pakistaní, no parece chilena, a los actores mis respetos (A TODOS POR IGUAL), todos eran otros, la historia, la cámara, las sensaciones.

CELEBRACION

Ya estaba mareado, los tequila margarita hacían efecto en mi cabeza, pero estaba muy contento, nuestro equipo gano 5 a 0 y eso merece celebración (siempre hay un motivo para beber), los compañeros de la oficina seguían pidiendo mas y mas…tragos, no podía entender como les cabía en el cuerpo tanto. Ya casi a las tres de la madrugada decidimos volver a casa, cada uno a la suya se entiende.

Subí al autobús en Alameda con Teatinos rumbo a Estación central, no mire a la gente que estaba dentro del vehiculo, solo busque un asiento desocupado y camine hasta el.
Rápidamente pasamos la estación, luego Las Rejas y ya estábamos en avenida Pajaritos entrando en Maipú, pasamos frente a la fabrica de transformadores “Tusan”, después la de grifería “Fas”, al otro lado, al frente, está la población militar, sus edificios grises y los milicos de siempre haciendo guardia. Avanzado ya varios kilómetros el bus dobló en una esquina, se interno en un bosque de casas, la mayoría bien bonitas, nuevas, bien cuidadas, pero chiquitas, chiquititas, pequeñitas, enanitas, como cajitas de fosforitos. Se supone que viven familias en esas lindas casitas, por un momento pensé que estaba en el parque “Mundo Mágico”, donde todo es pequeño, las casas, los jardines, las calles, los autos, el agua y me sentí pequeño, casi como un duende que camina por los techos de las casitas y miro por sus ventanitas a las personitas que hacen “tutito”.
Todos esos personajillos duermen tranquilos, felices, conformes con sus viditas en sus munditos, me parecía tan lindo, tan increíble, que los envidiaba, tan tranquilos, en paz, no se complican, se sienten bien como están. Y me miro, YO, tan pequeñito como ellos, pero agrandado, vivo en casita chiquita como ellos y soy triste, trabajo de lunes a viernes, nadie me ve siquiera, termina el mes, recibo el sueldo, lo gasto en una semana y no me conformo. Veo mis manos, dedos largos, duros con cayos, arrugadas, miro mi rostro con ojos grandes, salidos de sus cuencas, los labios partidos, delgados, no tengo dientes, sin pelos en el cuerpo, una barriga enorme, el ombligo salido, las piernas cortas y gordas con pies morados y solo tres enormes dedos, me ahogo, desesperado lloro, lloro cada vez más, me e convertido en un monstruo, uno pequeño, que nadie ve y YO, no quiero ser un mono feo, no quiero y lloro más, no lo puedo evitar… a lo lejos escucho una voz, se hace más fuerte, -¡Despierta güeón!- abro mis ojos, es el chofer, llegamos al Terminal.