lunes, 10 de agosto de 2009

La cuarta parte de "Buffette a Domicilio" (Diardio Looser)

SABADO
Me levanté con el pie izquierdo, mi vieja me despertó en mi cama entregándome una carta de una oficina de abogados cobrándome lo que debo en la tienda “Feria”, avisándome que van a “introducir” una orden de embargo, -¡Otra maldita deuda, que ni los fines de semana te dejen en paz! -, este día particularmente ando con muy poco ánimo y paciencia, ya le he gritado a todos mis compañeros y le he “cortado” a unos cuantos clientes imbéciles y prepotentes, lo único que quiero es morirme, por lo menos valgo unos 35 millones, -¡Así vivo…, solo voy a menos! -, tanto tiempo pagando mis seguros y no nos morimos ni mi mamá o yo, por lo menos así le dejamos plata a mi viejo pa’ sus remedios.
La muerte se me a convertido en una buena oportunidad este último tiempo.

Si muero mis viejos quedan muy bien y si se muere mi vieja, yo quedo fantástico, pago todas mis deudas y me queda dinero pa’ seguir estudiando tranquilo y trabajar más despreocupado. A pesar que quedarme con mi viejo significa tener que cuidarlo, - ¡No sé cómo puedo pensar así! -.

Li, hoy me hablaba, estaba más cercano, le propuse a él y a la Pao salir al bar, aceptaron de inmediato, solo quiero “relajarme” un poco y dejar de pensar en mis problemas, dejar de preocuparme, mañana es el día del padre y no tengo un regalo, es peor, no me interesa el dichoso día.


DOMINGO
- ¡Feliz día papi! -, lo abrasé y unas lágrimas cayeron por su cara, me dio mucha pena, casi me largo a llorar con él, pero me contuve, salí de inmediato de su pieza, lo dejé llorando solo y me fui al trabajo.

En el trabajo casi no hablé, no quería hacer nada, Li me hablaba, me buscaba para charlar, a ratos le prestaba atención, nuevamente se molestó, pero estaba triste y solo quería silencio.

Durante todo el día solo recordaba las primeras semanas después del accidente cardiovascular de mi viejo, de cómo lo tratábamos de vestir, de cómo me esforzaba por entender lo que me decía ya que no hilaba las oraciones, de cómo una vez le tuve que limpiar el poto después de cagar, sé que él, se sintió humillado, pero no se imagina cuanto me sentí yo, al hacerlo…







LUNES

Escogí varios avisos en el diario, envié por correo 5 currículo, por e-mail otros 4, me presenté a 2 entrevistas, que dicho sea de paso eran “chantas”, nada coincidía con lo expresado en el aviso, además dejé personalmente otros 3 currículo en lugares “dateados” por algunos amigos, donde supuestamente tendría muchas oportunidades, así que probé suerte, ojalá alguno resulte, necesito un trabajo mejor, necesito dinero.

En la tarde en la U., me ponía al tanto sobre las clases que perdí mientras buscaba “pega” en la mañana, para ello estaban mis compañeros Patty, Tati y el Pablo ayudándome, mientras nos tomábamos un café.

Fue un lunch-coffee bien divertido, a parte de los informes sobre historia y los preparativos para el taller de grabado de esa tarde, los comentarios ácidos sobre nuestras compañeras “mamonas”, eran muy divertidas, -¡Tan buenas pa’l estudio que salieron! -, comenté entre risas.

En un rato de tranquilidad Patty me preguntó por el Li, me extrañé ya que suponía que se estaban viendo, pero por lo visto no a sido así, -¡Ya le preguntaré a este chino “qué onda” con la susodicha!-, mientras íbamos camino a clases en el taller.

Llegué a casa no muy tarde (hoy no trabajo), y me encontré con mi vieja, quejándose de su hernia, que hoy se a lucido, no la a dejado tranquila en todo el día y más encima sigue igual de agripada, mi viejo ya estaba en cama, hoy se la pasó agotado, el corazón tampoco se portó bien con él, a pesar de haber comida en la cocina, solo tome café, eran las 21hrs., y por el frío, la hernia y las ventas malas mi mamá ya había cerrado el negocio, estábamos en el living viendo las noticias con acento español, mientras ella me contaba las últimas “gracias” de sus gatas y mi perra, nos reímos y parecimos olvidar por ese rato las enfermedades.

Miro a mi mamá y no sé como se a hecho tan fuerte, está más independiente, a pesar de que me agotan sus lamentos, sin ella creo que nos habríamos ido a la mierda mi viejo y yo.

Se está poniendo viejita, le suenan las rodillas, le duele su pequeño cuerpo, ella tenía tantos sueños, tantas ganas y al final está llena de penas, desilusionada, frustrada, uno de sus más grandes sueños era tener una casa en la playa, escuchar las olas en la noche y ya hace casi 3 años que solo vamos a la playa por el día, -¡No se puede más!-, sus ojitos están tristes, solo tiene 55 años, - ¡Mamá, yo también estoy triste, lo siento…!-.

Me fui a acostar fumando, sintiendo el pecho helado y con el estomago apretado, con deseos de vomitar, pero me dormí rápido.

Soñé que estábamos viviendo en una casa en Punta de Tralca, sentados en la terraza mirando la puesta de sol mientras mi viejo nos contaba cómo eran los colores del sol al hundirse en el mar, me sentía tan bien.

MARTES

A parte de estar “all fucking day” con deseos de llorar, no pasó nada bueno.



MIERCOLES

A llovido todo el día, detesto la lluvia, esa maldita sensación de estar húmedo, los pies helados y los calcetines mojados me exaspera y para variar la capital de los “jaguares” ya está anegada, todos los años la misma güeá, -¡Este año hemos invertido mucho dinero en las alcantarillas y resumideros de aguas-lluvias, estamos preparados para este invierno!-, eterno discurso y la cagada queda igual, arreglan la alameda o mejor dicho parte de ella y se les va un “detallito”, cierran todas las bajadas de agua, tenemos unos “profesionales” increíbles, -¡Viva Chile mierda!-.

Las clases hoy han sido “potentes”, la profe de historia estuvo fascinante, por primera vez la disfruté, luego el taller de pintura fue tan agradable, casi mágico, el modelo era Daniel, desnudo al centro, no moviendo ni un solo músculo. Cuando hicimos un “breack”, fuimos juntos a tomar un café, conversamos mucho, él es muy entretenido e inteligente, era la primera vez que reparaba en sus ojos, son café clarito, su risa es acogedora.

Este día no fueron a ninguna clase el Pablo y la Tati, me pareció extraño, los eché de menos, no tuve con quien hablar y necesitaba hacerlo, por lo general hablo conmigo y disfruto de ello, pero hoy los quería ver.

Aproveché el tiempo en la tarde en la biblioteca, terminé una investigación sobre un escultor en metal francés, ya debo irme a la casa y no quiero.

Son las 19 hrs., y está muy oscuro, bajé de la maldita micro y caminando a la casa me topo con el viejo asqueroso que se viola a sus hijas, ni siquiera sé su nombre, tantos años viviendo en el mismo lugar, somos prácticamente vecinos, el viejo asqueroso vive casi a dos cuadras de mi casa, en el 3er piso de los departamentos.

Nunca me agradó, tampoco su esposa que tiene cara de idiota y sin dientes, debe ser por las golpizas que le da su maridito, tampoco soporté a las hijas con cara de retardadas, siempre con los “mocos” colgando, en general toda esa familia provocaba rechazo, nadie los quería y creo que ya nadie los va a querer, no sé que edad tendrán ahora, es difícil saberlo, a las personas que tienen problemas mentales no se les nota la edad, lo que sé es que la hija mayor tuvo un crío y jamás a tenido un “pololo”, todo el mundo sabe que el viejo culiao la violaba, -¡Es asqueroso!-, tiene un hijo con su hija, así la familia va creciendo y nadie hace nada, no nos metemos en huevadas, mejor evitar problemas, -¡Somos chilenitos!-.

Está en la esquina, es de un color moreno sucio, siempre con barba de tres días, narigón, con su gorro de lana gruesa color celeste pálido, pantalón de buzo y chaleco ancho y grande como de embarazada del mismo color que el gorro.

Siempre me queda mirando cuando paso, un día no voy a aguantar y le voy a sacar la mierda, -¿Qué miraí viejo concha de tu madre?-, me “descompone” este güeón, parece que le gustase.

Mi vieja tiene abierto el negocio, todavía es temprano, la saludo y la veo que está como el “culo”, está más resfriada, le ofrecí que se fuera acostar, que el negocio lo atendía yo, hasta el cierre, menos mal que me hizo caso, se fue adentro a ver la teleserie con mi viejo y luego se acostaron.

El teléfono sonó, me puse muy nervioso, no quería levantar el auricular, -¡Podía ser un cobrador!- y no quiero escuchar que me van a embargar, sonó por tercera vez y lo levanté, suspiré al escuchar la voz de Li, -¡Hola, cómo estai?-, le contesté que bien, -¿y a qué se debe tu llamada?-, le pregunté, -¡Solo era para hablar, cualquier cosa!-, me contesta, -¿Me llamas para saludarme?-, le pregunté un tanto sorprendido y la verdad no debiera estarlo, el Li pertenece a ese tipo de personas que suelen llamar a sus amigos y parientes, para saber si están bien, saludarlos y todo eso, siempre preocupado y para ser franco me gustó su llamada, me relajó, nos reímos y planificamos salir a bailar el viernes en la noche un rato a algún “Púb.”, charlamos como 30 minutos, se nos fue rápido el tiempo, luego cerré el negocio y entré a la casa, me preparé un café y me fui a acostar más animado.


VIERNES

La micro a la que subí, para ir raudamente al “templo” del laburo, estaba hedionda a mierda, miré a todos lados buscando el origen de tan “exquisito” olor, luego miré mis zapatos. -¡Por si yo, era el hediondo!-, no encontraba el “génesis” del fétido olor, luego me percaté que en el pasillo habían vestigios de caca, al parecer humana, todos sentados mirando por la ventana, “haciéndonos” los güeones, aguantando el mal olor, viajando con el, hasta que pasado un rato te “familiarizas” con el “aroma”, y ya no es tan molesto, -¡Linda la gueá, esto es ser parte literal de la mierda, la mierda y el hombre al final “unidos”, una misma cosa, viajamos en la micro caca-hombres, total al final todos cagamos hediondo y esa hediondez sale de adentro, de nosotros, es nuestra “alma”, tenemos caca-alma!-, ya me tengo que bajar, si sigo arriba de esta mierda me voy a convertir en un “mojón” y en uno muy emputecido y hocicón.

-¡Limpien la micro, güeones chanchos!-, me salía del alma el grito cuando bajaba, miré a la gente, todos eran caca, unas más guatonas que otras, unas con chalecos, otras de terno, pero todos éramos unas mierdas, yo era un mojón con abrigo y mi bolso negro era un hollejo duro, el olor persistía en mi nariz, llegué sin darme cuenta hasta la puerta de mi trabajo, -¡Otra mierda!-, pensé.
Respiré hondo hasta sentir bien el smog en mi garganta, en mis pulmones, me tranquilicé y volví a ser yo nuevamente entré a la mierda de mi trabajo, marqué la tarjeta y me “introduje” en la sala de telefonistas.

Allí ya estaban la Pao y González, nos saludamos y les conté lo que me había ocurrido en la dichosa micro, ni hablar cuanto me molestaron, al rato llegaron Li y la Teresita, quienes también participaron de la historia del “caca-micro” o de la cagá de micro.

Li estaba sentado a mi lado, a pesar de las bromas lo noté algo silencioso, entre llamados de clientes hambrientos le pregunté qué le ocurría, no es habitual que hable poco, -¡El autista soy yo!-, aparte que igual su mirada era distinta, al final no fue mucho lo que me dijo, demasiadas llamadas telefónicas, interrupciones de los compañeros, lo que más pude entenderle era que algo ocurría en su casa, así que esperé mejor hasta la hora de salida y charlar más tranquilos en la micro, total habíamos quedado de salir a un bar esta noche.

Nos fuimos juntos la Pao, González, Li y yo. Con Li nos sentamos un poco más atrás para ir tranquilos. Ya más relajados, le pregunté nuevamente que pasaba en su casa y comenzó a relatarme su drama.

En la mañana escuchó a sus viejos pelear y se enteró que su mamá tiene un amante, -¡Chucha!-, fue lo mejor que se me ocurrió decir, de ahí solo guardé silencio, me miró como avergonzado y me contó más detalles.

Me sentí extraño, a medida que me hablaba me imaginaba a mi mamá con otro, -¡Y no podía!-, trataba de verla intimando con otro y no lo lograba, intentaba por último verla besándose con un hombre distinto a mi viejo y no lo conseguía, mientras hacía claros esfuerzos por prestarle atención a Li y no irme en mis pensamientos, sentía que jamás le hubiese contado a alguien si supiera que mi mamá se cagaba a mi viejo con otro, -¡No sé, me daría vergüenza, es como decir que mi vieja es buena pa’l gueveo, “maraca”, se que es un pensamiento retrogrado y machista pero es mi mamá!!!-.

Li me seguía hablando y reparé en sus manos y me di cuenta de que al parecer él, sentía lo mismo. Se las tomé, -¡Tranquilo Li, bajemos y vamos a tomarnos un café!-, le dije y nos bajamos en el centro, la Pao y González nos quedaron mirando mientras nos íbamos.

En el bar le pedimos al mozo los café y seguimos con la conversación, -¡Los insultos de mi viejo a mi mamá fueron horribles, nunca ellos se habían gritado o tratado mal, ella solo lo miraba, al final cuando ya se calmó un poco mi papá, mi amá le dijo que no lo quería y que quería la nulidad!-, sus ojos estaban vidriosos a medida que hablaba, la situación me parecía “fuerte”, pero no para llorar, -¡Relájate gueón, ellos son adultos, quizá sea lo mejor y además tú, estás grandecito, tení’ 28 años gueón, no podí echarte a morir!-, me miró muy triste, lo que me hizo sentir como el “culo” y de paso me daba cuenta de que en nada lo estaba ayudando.

-¿¡Qué se yo de esto, si mis viejos nunca tuvieron esos problemas, es más mi viejo adora a mi mamá y ella a él, si se muere uno, el otro lo hace al minuto después, del puro dolor de estar separados!?-.
No sabía que decir o que hacer, pa’variar la estaba cagando, nunca e sido muy “atinado” con mis comentarios, tan bestia que soy.

-¡Discúlpame Li, lo siento!-, era lo único que me atreví a decir, tomé mi café y lo seguí mirando, le tomé la mano, -¡Amigo, si me necesitas aquí estoy, no sé cómo ayudarte, si tienes pena déjala salir y trata de estar mejor, cuenta conmigo!-, fue lo último que le dije, de ahí seguimos en silencio, a ratos nos mirábamos, pero era todo muy incomodo.

-¿Cómo ayudo a un amigo!-, lo que más quería era salir luego del local, caminar, no sé hacer cualquier cosa, a ver si con eso se sentía mejor o mejor dicho, si yo, me sentía mejor.

Salimos del bar y caminamos algunas cuadras en completo silencio, pasamos frente a la Moneda, encendí un cigarrillo, -¡Puta qué es feo este sector, siempre está llano de “cumas”!-, dije al aire, mientras Li miraba confirmando mis dichos, -¿Te has dado cuenta de qué por este sector siempre hay olor a mierda?-, me preguntó, me largué a reír fue entonces cuando me miró y se acordó de la “caca-micro” y ya reíamos los dos muy fuerte, -¡No quiero saber más de la mierda!-, le dije, -¡Yo tampoco!-, me contestó y seguimos caminando y sonriendo…

De pronto vimos un afiche en la pared, anunciaba una fiesta “post-modern”, en la Blondie para mañana sábado y la estrella era Bjork.

Li me miró con los ojos bien abiertos, -¡Vamos, a ver si así pasamos las penas!-, me dijo. Me quedé mirándolo en silencio y muy serio, dejó de sonreír y como un “cabro” chico se metió las manos en los bolsillos, como pidiendo disculpas, -¡Me parece una muy buena idea!-, le dije mientras lo tomaba por los hombros y lo movía con fuerza.

-¡Total hoy se suponía que nos íbamos a divertir, al final este a sido un día de la mierda, entonces es justo que mañana nosotros “mandemos” a la mierda al mundo y la pasemos bien y nos olvidemos de todo, te parece joven Li?!-, y ya estábamos de nuevo cagados de la risa…

Llegué a mi casa y al entrar me “golpeó” el aire tibio, producto de la estufa a parafina y la enfermedad, mi vieja tosía y mi viejo trataba de dormir girándose como le era posible en la cama, en la puerta de la pieza los saludé, -¡Llegué!-, les dije y me fui de inmediato a mi dormitorio, no quería hablarles más, solo deseaba dormir.

SABADO

Tal parece que hoy va a ser un gran día, me desperté como no lo hacía en mucho, mucho tiempo.

Estaba alegre, en la mañana mis viejos no se quejaron de nada, de hecho estaban animosos y casi no hablamos, me despedí rápido y me marché, para llegar temprano a mi “querido” trabajo.

Al subir a la micro confirmé que este sería un día espectacular, el chofer me saludó amablemente, no puso “caritas” porque le pagaba escolar y lo mejor tenía la radio sintonizada en “A tiempo fm”, y comenzamos el viaje con David Bowie y “Blue jeans”, -¡Ah…, qué placer es viajar así!-, no pensé en nada en todo el viaje, solo me vi cantando cada canción, actuando, bailando, en lugares increíbles, con efectos especiales, con vestuario espectacular, bien maquillado…, durante los 90 minutos de viaje me sentí feliz, no hubo nada ni nadie que me perturbara, ni siquiera mi vida.

“No Promises”, “The beatiful Ones”, “Venus as a Boy”, “Better Sweet Armony”, “The Big Time Sensuallity”, “Don’t you forget about me?”, “My sweet Prince”, “Face to face”, “Kiss the rain”, “Sweet harmony”, “The end of the world”, “Fifty fifty clown”.

-¡Esa si que es programación musical!-, entré a la sala de telefonistas sonriendo y con muchas ganas de “carretear”, ¡Tengo necesidad…de…bailar!-, le dije a la Pao, que ya estaba en la sala, ella se cagó de la risa, -¡Recién son las 12hrs., lolito!-, me dijo.

Éramos solamente los dos a esa hora, ya dábamos comienzo al turno de “comida a casa Express” y comenzaba a sonar las líneas, -¡Viejas culias hambrientas, porque mejor no cocinan, así ahorran, dejan de aparentar y nos dejan tranquilos!-, le salió del alma a la Pao, antes de tomar la llamada y atender con dulzura a una vieja imbécil que quería una paella para 12 personas en su casa en 20 minutos.

Los que llaman, realmente no saben ni siquiera que es lo que comen ni menos como se hace, -¡En 20 minutos una paella para 12 personas o sea!-.

-¡Viva el poder adquisitivo!!!!-

En la media hora siguiente llegaron las demás “bestias” del teléfono (Li – chancho Jaime – el ácido de González –la operada de los nervios de la Teresita – la depresiva de la Carla), -¡Somos muchos para el turno de sábado en la mañana!-, miré el calendario y vi que ya estabamos a fin de mes, así que por estos días los hambrientos aparentadores, están “pagados”, por tanto los llamados van a aumentar, por unos segundos casi vuelvo a mi habitual depresión, pero cuando Li, me preguntó si estaba listo para el “carrete” de esta noche, me volvieron las energías y mi buen ánimo no claudicarían.

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