miércoles, 21 de enero de 2009

Manos vacías

No quiere caminar, está exhausto, ha sido una larga-tediosa mañana (desde las 09hrs a 14:28hrs), frente a la tienda miraba sin ver, ya no le interesaba nada ni nadie, sólo seguía a la mujer, ella todo miraba, todo es de su interés, los precios, sistemas de pago, marcas y garantía, lo peor es que no tiene dinero, sólo sueña que va a comprar algo.

Ya el hambre, el sueño, el agotamiento lo van derrotando, no quiere molestar, pero ya se quiere ir.
La mujer se ha percatado y lo obliga a seguir, primero está ver a que precio está aquél vestido con esa chaqueta y aquella blusa que también combinan y quizá con la tarjeta visa reventada del pobre y triste marido, podría comprar.

En una tienda próxima, el niño se acerca a ver la vitrina y encuentra algo de su interés, un BATMAN en una apoteósica BATIMOTO, tenía un brillo dorado en sus ruedas, la postura del muñeco es soberbia, es grande, la capa es enorme y ondulada que cubre toda la parte de atrás de la espectacular moto, la cara del muñeco es perfecta, es como ver al actor!, el solo hecho de tenerlo en sus manos lo hacía volar, sentir que sus compañeros lo admirarían por tan maravilloso trofeo y en un arranque de entusiasmo le habla a la mujer…


Niño : ¡Mamá!

Mujer : (sin mirarlo) ¿Qué?

Niño : (jalándole el brazo) Cómprame el BATMAN, que está ahí…

Mujer : (molesta) ¿Qué cosa?

Niño : (con temor y la mirada hacia el suelo) Eh…, cómprame el BAT…

Mujer : (lo interrumpe) ¡Deja de pedir tonteras! No tengo plata pa’mi, menos pa’vo

po’mierda…


El niño la mira, está cansado, una lágrima quiere caer por su piel morena, tiene rabia, tiene pena, pero sabe que es mejor no continuar con la petición, una cachetada y peor aun si es en público, no lo soportaría. Decide seguir tras de ella hasta que vuelvan por fin a la casa con las manos vacías.

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